Kagome lleva una vida bastante normal, a pesar de su extraña familia. Su casa es un milenario templo japonés, y su abuelo habla sobre su historia sin cesar. La leyenda dice que el viejo pozo que hay en el templo mantiene atrapado a un antiguo monstruo en su interior; Kagome nunca creyó estas leyendas, hasta ahora. El pozo se abre y arrastra a Kagome dentro de él, transportándola a un tiempo pasado con bosques encantados y gigantescos demonios.